Autor(a). Portugal Martinez, Karol Silvia Maria
Fecha de publicación: 26/11/2023
INTRODUCCIÓN
¿Alguna vez has oído decir que "del dicho al hecho hay mucho trecho"? Básicamente, esto significa que es más fácil decir que vas a hacer algo que realmente hacerlo. Cuando se trata de comportamientos saludables, es común pensar que basta con entender por qué son importantes. Sin embargo, en la vida real, a menudo nos encontramos luchando para llevar a cabo estas conductas a pesar de saber que son buenas para nosotros.
Es extraño, ¿verdad? Sabemos que hacer ejercicio y comer bien es beneficioso, pero a menudo nos cuesta trabajo ponerlo en práctica. La razón por la que esto sucede es lo que vamos a explorar en este ensayo. Veremos cómo nuestras emociones, la motivación personal y otros factores influyen en nuestra capacidad para llevar a cabo conductas saludables. Al entender mejor esta situación, podremos encontrar mejores formas de ayudarnos a llevar un estilo de vida más saludable en un mundo donde sabemos lo que debemos hacer, pero a menudo nos cuesta hacerlo.
DESARROLLO
Luego de poder leer los capítulos 4 y 5 del libro “Actividad física saludable. Guía para el profesorado de Educación Física”. Una síntesis de los factores serían los siguientes.
I. Decisiones y Emociones
Tradicionalmente, se ha pensado que las personas toman decisiones basadas en la lógica y la información. Sin embargo, esto no tiene en cuenta el hecho de que nuestras emociones también influyen en nuestras elecciones. Las emociones tienen un impacto poderoso al momento de decidir.
II. Emociones, sentimientos, factores psicológicos
Las emociones desempeñan un papel importante en adoptar comportamientos saludables. Por ejemplo, el miedo a las consecuencias negativas de una conducta poco saludable puede motivarnos a cambiar. Al mismo tiempo, sentirnos bien al hacer ejercicio o comer alimentos saludables nos impulsa a mantener estos comportamientos.
III. Motivación Personal
La motivación es clave para adoptar comportamientos saludables, aunque la razón puede decirnos por qué algo es bueno para nosotros, la motivación intrínseca, que viene de nuestro deseo personal, suele ser lo que nos hace actuar. Necesitamos encontrar un propósito personal en la adopción de conductas saludables para mantenernos comprometidos a largo plazo.
IV. Cultura y Entorno
El lugar en el que vivimos y la cultura en la que nos encontramos también son un aspecto importante, las normas y valores culturales pueden afectar lo que consideramos “normal”. Además, tener acceso a opciones saludables y recursos adecuados hace que sea más fácil o difícil adoptar conductas saludables.
V. Educación y Conciencia
La razón sigue siendo importante, ya que nos proporciona información relevante sobre comportamientos saludables. La educación y la conciencia de los beneficios de conductas saludables son cruciales para tomar decisiones informadas. No obstante, esta información debe ir acompañada de estrategias que aborden nuestras motivaciones y emociones.
Viendo estos aspectos los vemos en los adultos, pero aún mucho más debemos profundizar en los niños y niñas, ¿Cuál es ese factor que ellos requieren?
De hecho, hay 4 factores influyente, como lo son, los factores, biológicos (edad, sexo, condición física), psicológicos (actitudes, percepción del tiempo), ambiente social (apoyo, nivel socioeconómico) y ambiente físico (tiempo en el aire libre). Básicamente como se ha explicado el cada ítem de eso se trataría, pero ahondemos en el factor social ¿Qué podemos hacer nosotros como estudiantes para mejorar y promover este cambio en este grupo de personas que están tan propensas a construir malos hábitos
Mientras el hábito este más internalizado, será más difícil de cambiarlo, pero hay un factor importante, los niños tienen esa característica que su conducta puede ser maleable, ya que, están en constante aprendizaje y cada día superar retos de diversas maneras. Además, el niño aprende jugando y divirtiéndose, es ahí donde como estudiantes podemos influir, el factor de ambiente social, nos indica que el niño es como una esponja, absorberá y aprenderá lo hábitos de su cuidador o modelo, por ejemplo, y es algo mencionado por el libro, podemos incentivar a los niños a realizar actividad física haciéndolos jugar, así esa conducta será promovida en ellos. (1, pág. 71)
Entender que no basta con ofrecer una charla para que los niños adopten conductas saludables es esencial. Se requieren una serie de acciones continuas y efectivas para promover estos comportamientos en ellos, y aquí están algunas de las estrategias clave:
Motivación desde el Interior: No se trata solo de decirles a los niños lo que deben hacer, sino de ayudar a los padres y cuidadores a encontrar su propia motivación para llevar un estilo de vida saludable. Cuando los adultos se comprometen con el cambio, esto puede inspirar a los más pequeños.
Apelar a las Emociones Positivas: Resaltar cómo se sienten bien al hacer comportamientos saludables es un enfoque poderoso. Los niños deben aprender que hacer ejercicio y comer alimentos saludables no es solo una obligación, sino que también puede ser divertido y gratificante.
Fomentar el Autocontrol: Ayudar a desarrollar la autodisciplina y la resistencia a las tentaciones. Los niños están rodeados de distracciones y tentaciones, desde dispositivos electrónicos hasta alimentos poco saludables.
Crear un Ambiente de Apoyo: Promover un ambiente en el que amigos y familiares también sigan comportamientos saludables refuerza la importancia de estos hábitos en la vida cotidiana.
CONCLUSIÓN
Para concluir, al explorar los factores que influyen en la adquisición de conductas saludables, desde la toma de decisiones hasta la influencia del entorno, se hace evidente conexión la razón y la emoción desempeñan un papel fundamental en nuestras elecciones. Si bien estos factores son importantes tanto para adultos como para niños, es en el contexto infantil donde podemos marcar una diferencia significativa.
Como estudiantes es necesario incluirnos en el proceso para que los niños puedan adquirir buenos hábitos, ya que, son especialmente receptivos a influencias externas, es ahí donde tenemos que ser ejemplo de conductas saludables, Además recordemos el Aprendizaje Servicio, mientras sigamos enseñando, se quedará impregnado en nosotros, haciéndonos mejor persona profesional e individualmente.
Queda claro que la educación y la conciencia, acompañadas de estrategias que aborden un enfoque holístico, son esenciales para tomar decisiones informadas y mantener hábitos saludables. Esto es clave para forjar un futuro más saludable, tanto para los adultos como para las generaciones futuras.
REFERENCIAS
1. Veiga O., Martinez D. Actividad física saludable. Guía para el profesorado de Educación Física [Internet]. Programa perseo [citado 12 octubre de 2023]. Disponible en: https://www.fundacionwiese.org/blog/es/el-gran-reto-de-la-educacion-virtual-en-tiempos-de-pandemia/
2. Quillas, R., et al. Promoción de cambios de comportamiento hacia estilos de vida saludable en la consulta ambulatoria. [Internet]. Acta Médica Peruana. 2017 [citado 12 octubre de 2023]. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1728-59172017000200008
3. Gándara A. Cómo cambiar de hábitos: claves prácticas para empezar (y no abandonar) [Internet]. Vogue España. Vogue España; 2021 [citado 12 octubre de 2023]. Disponible en: https://www.vogue.es/belleza/articulos/como-cambiar-habitos-saludables-crear-nuevas-rutinas-no-abandonar-propositos
4. Clear J. Hábitos atómicos. [Libro] Epublibre. 2021. [citado 12 octubre de 2023].
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